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domingo, 29 de enero de 2017

Lo efímero y lo permanente

Decía algún texto que leí en la juventud aquello de "Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases". En la escuela, al menos en las que yo convivo no existen estas luchas de clases (no es poco) pero hay otras. Me permito modificar el entrecomillado, no creo que nadie se ofenda por ello y traer una frase que hago propia y también entrecomillo, "Toda la historia del aprendizaje de una persona, es una historia de lucha entre lo efímero y lo permanente". Si un alumno sacó un ocho en un examen hoy, ¿sacaría pasado mañana otro ocho si se le hiciese una prueba similar sin aviso previo?. 

Como alumno que uno fue, y sobrevivió -y también disfrutó- a aquellas clases magistrales desde lo alto de las altas tarimas, y pensando en el poso que dejaron los primeros aprendizajes, aquellos mapas de cabos, de ríos, de montes; aquellos dictados, tiempos verbales, y reglas de ortografía; aquellas agotadoras ristras de sumas, de divisiones, de raíces cuadradas. Pienso en todo ello y recuerdo los pocos medios, los pocos métodos, las pocas ganas de algunos y el sonido de la palmeta cuando se abalanzaba sobre alguna mano o incluso algún sereno trasero. Pienso si lo que aprendí perdura o se marchó, si solo sirvió para sacar alguna nota de algún examen o realmente forma parte de mi disco duro. En ese debate estoy si echo la mirada atrás y pretendo entender si adquirí las competencias básicas o esenciales que en aquellos tiempos no tenían cuerpo pero si que creo que estaban en las razones últimas por las que mis maestros -buenos y malos- ejercían su labor. ¿Qué quedó y qué se fue de aquellos años?.

Hoy, si miro como docente, los contenidos siguen ahí, los ríos, los verbos, la maravillosa tabla periódica (soy químico), siguen ahí, permanentes, inalterables e inmutables. Aparecieron las actitudes y los procedimientos, la atención a la diversidad y los "progresa adecuadamente", los ordenadores y las pizarras digitales, las clases invertidas y la gamificación. Desaparecieron las palmetas y aparecieron los psicólogos. Apareció el bilingüismo y desapareció el cuarto de los ratones. Cambios y más cambios que han mejorado, a mi juicio, lo que un padre o una madre espera de eso que llamamos Educación (con mayúsculas) sin dejar de preguntarme, eso si, ¿qué queda y qué se va de lo que mis alumnos aprenden cada día?.

Adaptarse, ese creo que podría ser el mantra. No dejar pasar los trenes, no vuelven, o cuando lo hacen, ya vienen otros llegando. Alumnos, profesores, administración educativa y familias deben adaptarse (¿formarse?) a las realidades e ir sacando lo mejor de cada tiempo. En este devenir espero que permanezcan valores, recuerdos y conocimientos que sirvan a los alumnos para desarrollar mejor sus vidas, para ser competentes en lo que cada cual acabe ejerciendo. Espero que se marchen sinsabores, rencores y gilipolleces que tanto antes como ahora convivían y/o conviven en nuestro sistema educativo.

jueves, 18 de junio de 2015

De nuevo la Educación: de Casandras y Sísifos


Photography by Victoria Ivanova
No quiere el que con aun algo de fuelle alimenta esta fragua ser un pesimista redomado. No es esa la labor de un docente que cada día ve en el brillo de los ojos de sus alumnos las ganas de aprender, de alcanzar metas, de ir hacia adelante en este, cada día, más difícil mundo educativo.

No pretende el que estas letras deja aquí a la suerte de propios y extraños ser como la pobre Casandra que con su don de ver los futuros augure uno negro para los días que van y vienen en la importante realidad educativa de nuestro país. No hará caso el herrero a las miles de Casandras que cada día ven como, según los colores de las banderas que democráticamente se eligen, la Educación, sufre vaivenes y marejadas. Hará caso omiso pues (como quieren los dioses) de las profecías y los futuros que esas nubes negras advierten y seguiré creyendo en Sísifo y su incansable tarea de subir y volver a subir pese a los nubarrones. No dejará el que escribe de sorprenderse, mientras incansable, sube la piedra en el inframundo. No dejará de sorprenderse de como el hombre (ese mono evolucionado) ha sido capaz de hacer tantas y tantas cosas maravillosa y se ve incapaz de poner sentido común y acuerdos para llegar a una Idea Común para con la Educación.

Desde aquí, desde esta fragua, animo a Dioses, Semidioses y a todos los que están sentados junto ellos en los tronos, paraninfos o altares, que piensen en los receptores últimos de sus decisiones "político-educativas", que pongan algo de sentido común y empatía para con los "docentes Sísifos" que cada día luchan a pie de aula para mejorar nuestra sociedad y también la suya, la de esos Dioses que evitan que creamos en las profecías de nuestra Casandra más cercana. Y sin que resulte una amenaza, o un chantaje, nunca sería esa la intención, que no olviden que cuando la roca está arriba, en lo alto de la montaña, justo antes de volver a caer, podría hacerlo sobre ellos.

jueves, 29 de mayo de 2014

Formación docente, metodologías y MOOCs...y valor

"Todo cambió mucho en poco tiempo".

Muchas son los cambios a los que uno se "enfrenta" en la vida. En la docencia, como no podía ser de otra manera. los cambios son vertiginosos. Nuestros alumnos son cada día más críticos con la metodología tradicional de la clase magistral (o semi-magistral), y solo los alumnos excelentes sacan buen partido de ella -al igual, creo yo,  que lo sacarían de cualquier otra- y de sus excelencias. Pero los más remolones, a los que les cuesta un poco, o a los que les cuesta mucho, se debaten entre dispositivos tecnológicos y libros de texto. Navegan y naufragan entre la jerga de la  mensajería instantánea, los análisis morfológicos y las reglas de ortografía.

http://www.flickr.com/photos/74122471@N00/4577477458
No es objeto de esta entrada denigrar o demonizar la clase de tarima, la de los apuntes dictados, la que el que escribe tuvo y salio ileso. Tampoco las críticas de los alumnos a este método son voraces o sacrílegas. No es una rebelión lo que en estas clases sucede. Lo que si es cierto que en los días en los que vivimos  motivar a los alumnos a aprendizajes basados en la memoria,o en el "mañana pregunto el tema cinco", es cada día más difícil. La cultura del esfuerzo (sino fue de la necesidad) se marchó hace tiempo de nuestras aulas y no muchas son las herramientas de las que dispone el docente para "ganarse" a sus alumnos y llevarlos por los senderos del aprender, usando únicamente metodologías tradicionales.

http://www.flickr.com/photos/47574448@N00/312918380
¿Qué hacer entonces?. Dejarse llevar por nuestra experiencia aprendida y pensar que lo que a nosotros nos servía, debería ser útil para ellos. O, tal vez, abrir nuevas puertas a otros métodos, ir probando lentamente, con tranquilidad  y sin desanimo para mejorar la motivación de los alumnos en los tiempos en que pocas cosas ya les motivan. Las TIC y el Aprendizaje Basado en Proyectos pueden ser dos potentes herramientas de cambio.

Estos días he estado simultaneando un Mooc sobre Aprendizaje Basado en Proyectos y un curso, -clásico ya-, en Moodle sobre el mismo tema. Ambos organizados por el INTEF.  No es obsesión, ha sido casualidad  que me ha permitido ver dos formas de enfocar un mismo tema (con la complicidad de las TIC).

El curso en Moodle sobre Aprendizaje basado en Proyectos ha sido muy interesante y ha estado muy bien tutorizado. El MOOC sobre el mismo tema ha sido más fresco, dinámico, más social, más libre, menos encorsetado. Certificaciones oficiales frente a "badges". "Todo cambio mucho en poco tiempo".

http://www.flickr.com/photos/12836528@N00/8234194293

Traslado mi experiencia a otros docentes y les animo a formarse -como quieran, por supuesto-  en otras Metodologías para sus aulas. Claro que estamos un poco "jodidos". Obviamente las cambiantes leyes y los nativos digitales que tenemos en nuestras aulas nos ponen a prueba en cada instante. Claro que nos sentimos a veces muy solos frente a la heterogeneidad y la desmotivación de nuestros alumnos. Claro que no tenemos una administración cercana y constructiva, más bien los contrario. Claro que algunas familias no son precisamente nuestros cómplices -como debieran serlo-  y si nuestros enemigos en la Educación de sus hijos. Todo esto y algunas cuestiones más son algunas de las "heridas" que tenemos. Pero...

"Todo cambio mucho en poco tiempo". ¿Cambiaste tú?.


viernes, 24 de mayo de 2013

Heráclito, su río, y algunas cuestiones docentes

Vuelve uno por estos lugares que tiene demasiado aparcados que no olvidados. Son los tiempos que tocan.

Hace unos días se aprobó una nueva Ley Educativa en España. No seré yo quien pierda mi tiempo en opinar sobre ella pues ríos de tinta (y de bytes) ya se han vertido sobre este tema y creo que cada cual ya tiene su opinión formada. Solo decir que como señalaba el amigo Heráclito, "nunca te bañarás dos veces en el mismo río". Y, así es, pasó, hace tiempo, la oportunidad de haber hecho buenas otras Leyes Educativas anteriores. Ahora toca bañarse en estas aguas, que pese a no gustarme lo turbias que bajan, son las que una mayoría de españoles ha decidido en las urnas. Para otros la turbidez del agua no será tal, y, seguro estoy que las ven cristalinas y potables. Como en botica, de todo hay.

La pena, lo de siempre, Políticos que miran más a los colores de sus sillones que a la Realidad Social que les toca vivir. Políticos, éstos, y también los de antes, que aprueban leyes a solas pues les gusta jugar a aquello de "quién la tiene más grande" y piden consensos, siempre para que los demás estemos de acuerdo con ellos, sin ceder ni un ápice en su razones y decisiones sustentadas por los votos. Bajo nivel.

Pero, pese a la turbidez de las aguas, muchos docentes no pierden el norte, no se dejan llevar por el deterioro del entorno y siguen haciendo del aula, o de sus tareas diarias, ese lugar donde a uno le gusta estar, ese lugar de encuentro con familias o alumnos que piden a gritos, o en silencio, ayuda.

Son muchos los compañeros que no se detienen, que han decidido defender la Escuela de la mejor manera que saben, haciendo que sus alumnos aprendan y sean felices. Dos son los ejemplos que me permito traer aquí, y a los cuales le agradezco, no solo su trabajo, sino las sonrisas y los buenos sentimientos que me han transmitido en estos días.

Uno de ellos se llama Romano García. Hoy le ha dado un sobre cerrado a sus alumnos de 2º de Bachillerato, de los cuales se ha despedido en su clase de Lengua. Las condiciones, no abrirlo. Dentro del sobre...qué importa. Por atrás, una cita, en un lugar y a una hora para dentro de un par de décadas. Alguno faltaremos me decía esta mañana, pero espero que algunos acudan a ese encuentro futuro. A los alumnos, no los vi, pero seguro que hubo algún brillo en sus ojos.

El otro compañero no trabaja conmigo, o mejor dicho, en mi centro. Se llama Pedro Márquez Gallardo y se entrega en cuerpo, alma y tiempo a su tarea como Jefe de Estudios además de explicar Física y Química y ha tenido a bien elegirme de compañero de viaje en un pequeño proyecto de elaboración de documentos. Proyecto, este ultimo, que entrega a la RED para que quien quiera use y disfrute. Animo desde aquí a alguien de nuestra Administración Educativa, o de otras, o de donde sea, se tengan en cuenta este tipo de trabajos y se oiga más a este tipo de personas.

Si se escuchase mucho más a docentes como Romano, Pedro, u otros muchos con los que tengo el placer de compartir espacio y redes, seguramente Heráclito tendría que reconsiderar su frase y las aguas educativas serían más tibias y cristalinas.

jueves, 31 de enero de 2013

Indefensión Aprendida

Vaya entrada para reactivar los fuegos de esta Fragua. El título del mismo se refiere a:
La indefensión aprendida es un tecnicismo que se refiere a la condición de un ser humano o animal que ha aprendido a comportarse pasivamente, sin poder hacer nada y que no responde a pesar de que existen oportunidades para ayudarse a sí mismo, evitando las circunstancias desagradables o mediante la obtención de recompensas positivas....(Fuente Wikipedia)
Recomiendo, antes de ver el vídeo que dejo al final de la entrada, un pequeño examen de conciencia que nos traslade a las ocasiones en las que en el aula hemos puesto una misma tarea para todos los alumnos (pese a la gran diversidad del aula) y percibimos, e incluso aceptamos (en silencio) que a tal o cual chico o chica no le vino bien ese tipo de tarea. No era la adecuada para él/ella y por no disponer de tiempo, voluntades o habilidades no pudimos adaptarla a su nivel (o su percepción) y pese a que a la hora de evaluar dicha tarea ajustamos nuestra nota, no pudo ser y la cuestión final del juicio de la evaluación dio negativo.

Si algo nos caracteriza a los seres humanos, y nos diferencia de los reptiles, es la capacidad de empatizar, la disposición de ayuda o apoyo que tenemos hacia los más débiles, hacia situaciones que no ponen en peligro nuestro yo animal y que permiten que aparezca lo que realmente nos diferencia de todos los "bichos",  la posibilidad de no dejar en la estacada a alguien por ser diferente o por venir de un lugar diferente. Atender a la diversidad en cualquiera de sus variedades en la escuela es necesario y obligatorio, y no hacerlo siendo conscientes de ello, a mi juicio, deja entrever que pervive, y mucho,  aun nuestro cerebro de lagarto.

Que nada, solo eso, que en estos días de crisis económica y social, tengamos en cuenta cuestiones como esta a la que hace referencia el vídeo sacando cada uno conclusiones que considere.

lunes, 8 de octubre de 2012

Sensaciones de un Congreso

Ya son un par de días los que han pasado desde que tuve la enorme satisfacción de poder participar de forma activa en el Congreso de Contenidos Educativos Digitales que ha tenido lugar en Mérida los días 4, 5 y 6 de octubre de 2012.

Son muchas las cuestiones que allí se hablaron, y desde este blog felicito a los organizadores, (especialmente a @antoniomonjef y @antpaniagua) del mismo pues fue sencillo a la vez que gratificante compartir espacios, ideas y opiniones con compañeros y compañeras docentes, con personas de la Administración Educativa e incluso con empresas que buscan su "pan" en estos lugares (al tiempo que patrocinan).

Me gustó:
  • Encontrarme con un gran número de docentes con ganas de cambiar y/o cambiarse para mejorar esto de la educación.

  • Percibir como, como una especie de "núcleos de cristalización" las TICs tienen apuntalada, ya sin paliativos, la Educación en Extremadura y en España.

  • Las Comunicaciones, los debates y las mesas redondas a los que tuve la posibilidad de asistir, que ponen de manifiesto que tenemos un profesorado animado, ilusionado y convencido, y por supuesto crítico.

  • Convivir con muchos de mis amigos virtuales docentes que andaban por allí, como: @carlosjmedina,  @jcuerva,@jfern,@idocente,  @anibaldelatorre,  @luismiglesias,  @villaves56,  @fisqui,@mertxejbadiola,@ubibebe, @antoniomonjef, @antpaniagua..., y otros muchos que espero no se enfaden por no nombrarlos.
No me gustó:
  • Que la palabra Crisis saliera poco en las intervenciones estando tan presente en la Sociedad Actual. No creo en soluciones que se salten este concepto ni en las que parece que la obvian.

  • Que los políticos se levantaran demasiado pronto cuando hablaban los docentes.

  • Que se hablase poco de los últimos beneficiarios de estos Congresos, los alumnos y alumnas.
Balance final. Positivo y expectante.


miércoles, 11 de abril de 2012

Cuando eramos pequeños...

Cuando eramos pequeños. Cuando atravesábamos con dudas y sinsabores la azarosa adolescencia.

Cuando estábamos estudiando en clases con más alumnos que ahora. Cuando conocías a algún alumno que repitió 4 veces 1º de BUP (3º ESO al cambio). Cuando no había actividades extraescolares y la mili te hacía un hombre (lo siento por vosotras, las de aquellos tiempos). Cuando había palmetas y clases de clases, el A, el B y allí, al fondo del pasillo, los "mataos" del C. Cuando los mejores profes les impartían clases a los mejores alumnos. Cuando no había ACNEEs, o al menos no los veíamos. Cuando había escaleras y las sillas de ruedas no iban al cole. Cuando no existía la dislexia, ni los niños hiperactivos. Cuando las ostias, y no todas consagradas. Cuando los muy deficientes.

Uno mira atrás con desazón, y recuerda los nombres de muchos compañeros que no continuaron sus estudios -no todos valen para estudiar decían sus padres o sus profesores-, y recuerda también a los empollones/as, a los pelotas, a las atrevidas, a los golfillos. Recuerda uno la complejidad de esta edad donde se cristaliza la personalidad de los que luego serán adultos. Recuerda amigos que jugaron con la droga, y cayeron. Recuerda amigos que se iniciaron a ciegas en el sexo, y se dieron de bruces. Recuerdo poco inglés y algún Spectrum negro con el que jugábamos al ajedrez.

Pues nada, espero que esos sucesos queden en los recuerdos.

Ratios razonables. Orientación Académica. Actividades fuera del aula. Diálogo y comprensión, y empatía. Heterogeneidad como algo positivo. Docentes de Primera para todos. Idiomas. Nuevas Tecnologías para nuevos tiempos. Desdobles y apoyos para los que más lo necesitan. Accesos y centros adaptados. Atención a la diversidad.

Mala cosa cuando se le pone precio a estas cuestiones y se "hipoteca" la Educación con mayúsculas. Mala cosa cuando pensamos que son estás las cuestiones que van a llenar de verde el panel de las Bolsas o a "tranquilizar" (curioso término) a los de la prima de riesgo.

Que lo dicho, espero que esos recuerdos sigan en el lugar que les corresponde.

jueves, 8 de marzo de 2012

Habilidades y Empatía

Abandono la fluidez y rapidez de las Redes Sociales  para pasar por aquí y dejar algunos pensamientos que en estos días de crisis (y no me refiero a la económica) me hacen poner en valor lo importante de la Educación.

Si antes, cuando las vacas eran "rellenitas", no había demasiado tiempo para los hijos/as pues Papá y Mamá andaban laboreando para poder mantener y/o adquirir un estatus social pleno, ¿qué se les viene encima ahora a los hijos, sometidos a la frustración de sus familiares por no encontrar un empleo y renunciar abiertamente a ese idílico estatus social?. ¿Se convertirán de nuevo los abuelos en superheroes familiares y saldrán en ayuda de este descalabro?.

Si la escuela, ese lugar donde la Sociedad espera se eduquen y aprendan los ciudadanos del mañana, pierde combustible, ¿volveremos a tiempos pasados donde los niños/as se clasificaban hasta con MUY DEFICIENTE, sin entrar a juzgar ni siquiera la razón de tamaño fracaso?, ¿podremos atender a las dificultades y problemas de aprendizaje de los alumnos y alumnas de nuestros días?.

Es curioso como se habla en estos días de paro y bolsa, de imaginación, flexibilidad, adecuación, reformas, recortes...y se olvida tal vez, no lo sé, hablar de INVERSIÓN. Invertir en Educación para tener mejor futuro, solo eso. Tendremos mejores médicos, profesores, jueces y casi me atrevería a afirmar, mejores políticos. Son tiempos de invertir en atención a la diversidad, en recursos para nuestro futuro, ese es nuestro verdadero PLAN DE INVERSIONES o de JUBILACIÓN. Ahora es el momento, cuando galopa sobre nosotros una crisis de valores que espero no debilite a los ya asentados y haya que volver, y valga la redundancia, a ponerlos en valor.  Tiempos de INVERSIÓN en Educación, no tiempo de reproches e ideologías.

Pues nada que me vuelvo a donde vine. 

lunes, 6 de febrero de 2012

¿Cómo mejorarías tu escuela en 300 palabras?

Empieza el 2012, también aquí, entre las ascuas aun calientes de la fragua.
Ya en alguna otra ocasión aporte mis letras al objetivo de http://purposedes.org, esta vez, y con la que está cayendo nos preguntan ¿Cómo mejorarías tu escuela en #300 palabras?.
Allá voy.

Mi escuela mejoraría, y mucho, si las personas que definen las lineas maestras de su funcionamiento fueran maestros, profesores que supieron, y saben, usar la tiza, o la pizarra digital con maestría y que con cualquiera de las metodologías que usen, intentan mejorar el futuro de sus alumnos, que son para él o para ella ese folio en blanco donde se comienza a escribir un poema y  tras varios tachones y enmiendas ve como las rimas hacen que se conmueva el que luego las lee.

Mi escuela mejoraría si no fuera moneda de cambio ni lugar de desahogos de políticos que ven en ella un lugar para salir en la foto. Una escuela en la que por encima de todo primasen los alumnos y alumnas que serán nuestro Futuro. Una escuela como punto de partida de una sociedad mejor, más humana, menos condicionada por los “rendimientos” y/o los “beneficios” de “nosequé” reformas o programas.

MI escuela mejoraría si fuese un lugar de oportunidades, de deseos, de ganas de construir, donde las familias, los docentes y las administraciones navegasen en el mismo barco, donde cuando el viento azota, TODOS, sin miedo y sin flaquezas se aferran a las cuerdas para que no se rompan las velas y no perdamos el rumbo.

Mi escuela mejoraría si hiciera personas libres y sin rencores.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Las cartas están sobre la mesa, ahora toca jugarlas

Volvemos al trabajo. Enredados en un intencionado, a mi juicio, debate sobre las horas de trabajo de los profesores. Mal comienzo. La crisis provoca este tipo de titulares y la carnaza sobre nuestros horarios, vacaciones e implicación laboral es rápidamente secundada por todo tipo de tiburones que en el fondo solamente buscan remover las aguas para poder pescar mejor.

Volvemos al trabajo con una noticia que parece alegrar a familias y docentes, al menos esa es la sensación que uno percibe en la red y en su entorno. Las pruebas extraordinarias a septiembre. Ahora, las familias tendrán dos posibilidades, pagar clases particulares para sus niños y niñas en el verano, o demandar a la administración algún tipo de Plan de Refuerzo que al tiempo que mejora el fracaso escolar (amen), les "quite" a sus adolescentes unas horas de sus casas cuando el estío hace de las suyas. Sobre los resultados de estas pruebas extraordinarias en junio o en septiembre prefiero no hacer vaticinios, pero...que difícil es conjugarlas con aquello que, ¿aun sigue en vigor?,  de la Evaluación Continua. El tiempo y los resultados darán o quitaran razones, pero cierto es que el profesorado tendrá más tiempo en junio para acabar sus vertiginosas programaciones y muy a principios de septiembre deberá estar en los centros enjuiciando las tareas y aprendizajes de los chavales y chavalas tras los tiempos del calor. Espero que esto último, la incertidumbre (los números)  sobre los chicos/as que pasan curso o titulan, no enturbie las negociaciones de plantilla que los directores ahora realizan a finales de junio, y ello conlleve a inicios de curso con plantillas incompletas o descompensadas.

Pues nada, que estamos de nuevo aquí, con muchas novedades políticas, económicas y sociales, pero como siempre con alumnos y alumnas que lo que esperan es aprender y ser felices. Eso espero yo también. Salud

jueves, 26 de mayo de 2011

La empatía, el propósito de la educación y 500 palabras

Fenomenal idea la de Purposed/ES.

Estos días escuchaba en una tertulia de radio sobre lo difícil que parece que le supone a los periodistas, o a los políticos,  ponerse de acuerdo en algo, sobre su falta de corporativismo, si se puede hablar de esto con estos “gremios”. Las razones, decían los tertulianos, pues las ideológicas, las dinerarias, o ese “la razón es siempre la mía”.  Yo, docente, trasladaba a nuestro campo ese debate y me flagelaba con las mismas razones por las cuales los “maestros” no somos capaces de hacer más cosas en una misma dirección.

Discutimos, por encima de las leyes que debemos cumplir sobre si contenidos o competencias, sobre si actitudes o respeto, sobre los exámenes o lo que cada uno entiende por evaluación continua. Lo que para unos es falta de respeto, para otros es espíritu crítico. Las sesiones de evaluación mejor cortas y pocas, y si alguien abunda sobre las decisiones a tomar, de forma conjunta, sobre un alumno, aun oímos algunas frases lapidarias que pesan como losas e impiden, en ocasiones ver luz al final del túnel. Seguimos enfrascados en viejas batallas dialécticas sobre educación versus enseñanza (yo no estudié una carrera para educar a este niñato, que lo haga su padre). Cada maestrillo tiene su librillo, pero aun algunos lo tienen escondido y no lo comparten para mejorar al resto, y en ocasiones, los que necesitan aprender solo ven en la experiencia algo añejo y sin sentido. Otras veces, la obligada “atención a la diversidad” se queda solo en papeles que acompañan al expediente académico de niños y niñas etiquetados por no se que moda o tendencia psicológica.

Hace falta PENSAR, analizar si nuestras clases son “productivas” y de forma lo más objetiva posible, propiciar un cambio en ellas si fuera necesario (en demasiadas ocasiones lo es). Sabemos que la mayor parte del aprednizaje de nuestro alumnos se desarrolla fuera del aula, pero nos cuesta horrores salir de ella para mostrar otras formas de hacer las cosas. Tal vez sea un poco atrevido, perdonenme si ofendo,  pero creo que nos falta bastante empatía hacia los alumnos, olvidamos rápido que hace unos años fuimos como ellos.

Pero...¿cuál es el propósito de la educación?, ¿esa era la pregunta?. Pues, veamos, debería decir, educar en los valores, espíritu crítico, fomentar el esfuerzo personal, trabajar en grupo, bla, bla, bla, seguro que los que lean sabrán añadir más objetivos. Yo me atrevería a decir, sin riesgo de equivocarme, que el propósito lo conocemos todos, pero lo que nos hace falta es ponernos de acuerdo para remar todos en la misma dirección, en la de una enseñanza funcional, cercana a nuestros alumnos (de su tiempo), motivadora, que fomente el esfuerzo y la creatividad, que respete lo diferente y lo vea como una posibilidad de crecer (o aprender) más.

Ver el vaso, medio lleno o medio vacío, tal vez, al final, solo sea esa la cuestión. Este año tengo un buen grupo de alumnos en un curso, recogo buenos resultados con esfuerzos similares a otros años donde, con similar inversión por mi parte,  solo recogí números rojos.

jueves, 24 de marzo de 2011

CORTOS TRANSVERSALES

Taller elaborado por los alumnos de 2º de Bachillerato de Ciencias para las Jornadas Interdisciplinares 2011 en el IES Sierra de San Pedro, celebradas el 23 de marzo de 2011
A modo de guía:

Vamos a recorrer a través de 5 cortos, de eso va el taller, algunos de los Temas Transversales al currículo. ¿Que no sabes que son temas transversales...?. Pues intentaremos que “adivines”, precisamente a través de estos “pequeños trozos de cine”, alguno de estos posibles temas. Al final de cada corto, puntúa (de cero a diez), y expresa, con una palabra, solo una palabra, y de forma anónima lo que te sugiera el corto que has visto.

Prólogo al corto 1 (Human Planet)
Vivimos, vives, en un planeta al cual nos hemos adaptado en casi todos los climas, situaciones y circunstancias. Vivimos en un “planeta humano”. Esta es una pequeña ventana al mundo donde TU VIVES...¿Qué te sugiere?.


Prólogo al corto 2 (Conciencia Ecológica)
Es cierto que nos adaptamos a nuestro planeta, pero también, lo usamos, lo consumimos, lo desgastamos... ¿Crees que los animales que salen en el corto toman las decisiones que toman por ellos o por nosotros?
¿Que palabra te sugiere este corto?.


Prólogo al corto 3 (El viaje de Said)
Una de las grandes cuestiones actuales que creemos no debe pasar desapercibida es la diferencia entre los lugares donde uno nace y lo que ello implica en el futuro de las pesonas. Said es feliz, pero...¿Serías capaz de realizar un viaje como él?. No olvides en pensar en tu “palabra resumen”.



Prólogo al corto 4 (La leyenda del Espantapájaros)
Vivimos en un mundo de TÓPICOS. Una vez, preguntaron a niños, en primaria, sobre la opinión que tenían respecto a la siguiente pregunta ¿Qué piensas de que maten a los negros y a los bomberos?. La respuesta de los inocentes chiquillos fue otra pregunta. ¿Y a los bomberos porqué?.
Varios son los tópicos que veremos en este corto, identifícalos y no olvides de encontrar la palabra que te sugiere el video.


Prólogo al corto 5 (Sebastian Vodoo)
Seguro que sabes qué es el vodoo, el mal de ojo, los conjuros y esas cuestiones de mágia y esoterismo. Pero, y si los implicados en estas historias cobrasen vida y pensaran por si mismos y en los demás. Un acto de entrega máxima. Entregar la vida propia para salvar al resto. ¿Lo harias tú por los tuyos?.  No olvides en pensar en tu “palabra resumen”.


Gracias y ya os daremos los resultados de esta “peculiar” encuesta de videos.
Por cierto, ¿te atreverías a decir que es un Tema Transversal en Educación?.

Gracias a ellos por dejarme estar con ellos.

martes, 30 de noviembre de 2010

¿Para qué enseñamos?

Decía yo hace algún tiempo que esto de la Evaluación y sus sinsabores era algo que, siempre a mi juicio, a lo que no se le miraba de frente, algo que como siempre queda o quedaba para finales de trimestre, de curso, de etapa...se convertía en múltiples ocasiones, más en una "suma de" que en un "¿que se ha conseguido?".

De forma perversa preguntaba a "la red" sobre varias cuestiones que, sobre la Evaluación, entonces se me hacían difíciles y hoy siguen estando encima de la mesa. Lourdes Domenech señalaba que "evaluar saca lo peor de nosotros" y abogaba por la coevaluación. Yolanda hablaba mucho sobre Motivación y Esfuerzo y esperaba más respuestas de otros comentaristas. Juan Carlos decía que Calificamos, sumando demasiadas veces solo notas de pruebas y que hemos aprendido poco, nosotros, los profesores. Pedro, apostaba por las Competencias y señalaba la necesidad de trabajar en grupos y cambiar nuestros esquemas. Jaume ponía algo de carne en el asador y decía que los docentes ya no somos lo que fuimos y deberíamos ser tutores o guías del aprendizaje. Don Juan, mi querido Juan Martín, hablaba de ensayos y errores como forma de aprendizaje. Mi estimado Felipe, tiró de manual y se preguntaba ¿Para qué enseñamos?, ¿cuál es el objetivo último de nuestro trabajo?. Mabel, ponía el acento en la llamada de atención que nos hacen los niños diciendo que no se enteran...

No dejo de sorprenderme por la cantidad de buenas ideas que uno lee o escucha cada día. Pero, que poco hacen cambiar las cosas esa ideas.  Y abro de nuevo esta entrada a comentarios de todos. Me gustaría que se contestase a Felipe, a ese "¿Para qué enseñamos?", os animo. Mientras llegan respuestas dejo la mía.

Enseño, lo que puedo, para que mis alumnos/as tengan inquietud, curiosidad y ganas de hacerse preguntas. Para hacerlos más críticos con su entorno, con lo cotidiano, con lo que cada día oyen o ven. Enseño para crecer yo, viendo como ellos crecen. Enseño para que las oportunidades se repartan de forma más equitativa entre todos esos adolescentes llenos de dudas. Enseño por que creo que conocer más y aprender más hace más feliz a las personas. Solo por eso.

¿Para qué enseñas tú?

martes, 15 de junio de 2010

Se marchan...

Se marchan. Pocos vuelven la vista atrás. Les espera un verano de calor, como es costumbre por estas zonas. Tiempos atrás había exámenes en septiembre (en alguna comunidad aun perviven), aquí son ahora, antes del estío. Poco se puede hacer en tan poco tiempo, pero, para gustos, colores.

Se marchan. Algunos aprendieron mucho. Otros, cansados, derrotados o rendidos, ya nunca volverán. Muchos se subieron al tren, a pocos, a muy pocos, los atropelló. Me da un poco de pena de los que lo vieron pasar, se les ofreció asiento y decidieron no subirse. La próxima vez habrá que animarles más o señalarles más el camino.

Se marchan. El silencio se apodera de los patios. En las aulas no quedó más que algún recuerdo de última hora, alguna marca en las mesas, algún corazón en la pizarra con el nombre de dos amantes, con tiza, poco duradero, como aquellos amores de verano. En los pasillos sombra y recuerdos quedan.

Se marchan. Volverán en septiembre, con el otoño, con las hojas amarillas.

sábado, 27 de marzo de 2010

Evaluar y ser evaluado

Llevo unos días intentando escribir algo de las Evaluaciones, o de las Sesiones de Evaluación, o de la forma en que se enfoca este tema con el paso del tiempo. Es difícil entrar directamente al meollo de la cuestión y no herir sensibilidades, o pecar de Demagogia. Se me hace complicado mantener cierta objetividad a la hora de pronunciarme sobre lo importante que este tema es y lo poco que se revisa en nuestra experiencia diaria.

Es por todo lo anterior, por lo cual solo me atreveré a lanzar al viento, o al "mundo matrix de los bites" unas cuantas de cuestiones en voz alta:
  • ¿Evaluamos o Calificamos?.
  • ¿Miramos a nuestras programaciones a la hora de evaluar o sólo sumamos notas de exámenes?.
  • ¿Evaluamos en Competencias?.
  • ¿Aprobamos más, para tener menos problemas y menos burocracia a posteriori?
  • ¿Aprobamos menos, para mantener esa cuerda tensa, pese a que si se rompe siempre lo hace por el lugar más débil?.
  • ¿Evaluamos las TIC?.
  • ¿Nos hemos olvidado ya de los conceptos y solo nos dedicamos a los procedimientos y actitudes, vestidos ahora en forma de Competencias?
Difícil e importante tarea la de Evaluar, y cómo no, la de ser al mismo tiempo, Evaluado.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Sobre la autoestima de los profesores

Pues eso, que llevo unos días pensando escribir sobre esto de la educación, los profesores, la autoridad, la perdida de estatus, y "yo que sé" que cosas más.

Y en esto me encuentro en Oposinet-Noticias y un artículo de Natalia Ruiz, que resume, y engloba muchas de las ideas que circulan por mi cabeza. Bien ordenadas quedan en este artículo:
Se habla a menudo de infravaloración de la actuación docente, de carencia de protagonismo, de pérdida de autoridad, de la construcción y proyección de una imagen negativa y difusa de la profesión, y de algunas cosas que tienen que ver con la baja consideración del auto concepto docente.

En cualquiera caso, es evidente que la profesión vive y sobrevive con un fuerte complejo de inferioridad, porque se piensa que lo que se hace está poco valorado, que sus innovaciones no son reconocidas y que sus esfuerzos son menospreciados. Es necesario decir que a menudo es el profesorado mismo el que hace bien poca cosa por luchar por este merecido reconocimiento, profesional y social, instalándose en la cultura de la queja permanente; una vía que no conduzco a ninguna parte, más que al propio cansancio y a la desmoralización individual y colectiva.

Las causas de este fenómeno son internas y externas a la profesión y extraordinariamente complejas. Jaume Carbonell analiza diez hipotéticas razones de la baja autoestima docente planteadas de forma necesariamente sintética:

1. El creciente, diversificado y poderoso mundo de los expertos y especialistas de la psicopedagogía y del conjunto de las llamadas ciencias de la educación que monopolizan el discurso educativo. Ellos son los que diseñan reformas, programas de innovación y planes de formación; ellos son los que marcan la agenda de los temas de los cuales hace falta hablar, de lo que es importante y de lo que no es. Ellos son los que investigan, publican y son invitados a los foros educativos y a los medios de comunicación. De esta forma, durante los últimos años, la innovación educativa se ha hecho más desde la academia que desde la escuela. Hay profesores que sólo son escuchados cuando se convierten en expertos.

2. La permanente culpabilidad (desde el ámbito familiar, social y de los medios de comunicación) de la escuela por elfalso descenso del nivel de enseñanza y trabajo del profesorado. Aquí se da una curiosa paradoja: las familias y el conjunto de la sociedad critican los maestros y hasta desconfían, pero, al mismo tiempo, cada vez delegan y confían nuevas funciones y responsabilidades. Es evidente que la polivalencia docente tiene un límite, y cuando se confunde la profesión con las heroicidades de un superman o de una superwoman, difícilmente las expectativas sociales se cumplen.

3. El discurso obsesivo y dominante sobre el malestar docente que eclipsa los aspectos satisfactorios y positivos de la profesión. No negaremos algunas obviedades en algunos contextos y situaciones escolares, donde las condiciones de trabajo se hacen particularmente difíciles, el malestar docente es una consecuencia lógica. Ahora bien, en otras situaciones y circunstancias es necesario analizar si el malestar docente es fruto de las condiciones objetivas o no es otra cosa que la construcción de una coartada y de un discurso cómodo y autojustificatorio para oponerse a cualquier proceso de innovación y de cambio, venga de donde venga. Por otra parte, se olvida la cara positiva de la profesión, como si existiera un cierto complejo de inferioridad a mostrarla, cuando es evidente que hoy hay muchos maestros que encuentran mucho sentido a su oficio, que disfrutan y que descubren un montón de satisfacciones.

4. La irrupción de otros agentes educativos y la competencia que surge, que han hecho que el magisterio ya no ejerza con la exclusividad de hace un tiempo la instrucción o transmisión del conocimiento. La televisión y el mundo de la imagen, las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación y el alud de ofertas extraescolares han generado un cierto grado de desconcierto y confusión. Algunos sectores lo perciben incluso como una pérdida de autoridad, como sí su trabajo quedara cuestionada y con un cierto grado de miedo y de angustia delante de un futuro tecnológico que cada vez controlan menos.

5. La crisis la vocación del magisterio, entendida como una carencia de identificación, ilusión y compromiso global con la infancia, la escuela y la comunidad, y una falta de orgullo hacia la profesión. Parece que algunas de estas palabras pertenecen a otros tiempos y que la vocación de maestro se identifica con sacerdocio, voluntarismo y carácter misionero, como si este concepto no fuera susceptible de evolucionar en la postmodernidad y no se pudiera pensar también en clave de una concepción innovadora y progresista de la profesión.

6. El despliegue por parte de la Administración de una amplia retórica sobre la importancia del profesorado, que, en la práctica, se queda en nada. La voz del profesorado -más allá de cuatro simulacros y escenificaciones para salir del paso- es excluida del debate sobre las reformas educativas, proyectos pedagógicos u otras grandes decisiones que afectan directamente al profesorado. Tampoco la Administración es demasiado sensible a la hora de valorar el trabajo real del profesorado, mejorar sus condicione de trabajo o escuchar sus reivindicaciones.

7. La tan mencionada autonomía docente queda diluida o borrada por la cada vez más poderosa colonización administrativa y burocrática de la escuela. Cada vez la enseñanza está más condicionada y regulada -el currículo, la evaluación, los tiempos, los espacios, la organización y funcionamiento de los centros, etc.- y quita libertad a los equipos de maestros y a las comunidades educativas para construir proyectos educativos pedagógicamente diferenciados.

8. Los nuevos planes de estudio de la década de los noventa han supuesto la muerte del maestro y el triunfo del especialista. De esta forma, muchos estudiantes adquieren desde buen principio este nuevo perfil de especialista de educación física, musical o especial, el cual consolidan cuando acceden a los centros, al "integrarse" en los claustros.

9. El auténtico fracaso, quitado algunas excepciones, de la formación del profesorado con respecto a conseguir una nueva cultura profesional innovadora y una modificación de sus hábitos y actitudes que hagan posible un cambio en sus prácticas escolares y en la vida en los centros y en las aulas. Además, esta formación es a menudo muy fragmentada y le falta el enfoque de una visión global de la infancia, la escuela y la enseñanza. En cierta manera, hemos asistido a una continuación -explícita o implícita- de aquella muerte del maestro y del triunfo del especialista al que nos referíamos en el punto anterior.

10. El hecho de que todo el mundo se siente autorizado para criticar y cuestionar la escuela y el trabajo del maestro. A diferencia de lo que pasa con otros oficios y profesiones donde se reconoce la existencia de un saber específico adquirido a fuerza de formación y experiencia, en la enseñanza parece que este reconocimiento no exista y que se piense que se trata de un campo donde el sentido común, la práctica como educadores familiares o la proximidad que da la experiencia como estudiante son capital cultural suficiente por poder interpelar al profesorado de igual a igual. Esta posición se va reafirmando en la medida que el nivel cultural medio de la población va aumentando. No se acaba de entender que el arte o la ciencia también se adquieren con el estudio, y esto, naturalmente, desmoraliza al profesorado.

¿Conclusiones? Sólo tres y breves:

a) Recuperar el orgullo de ser y hacer de maestro con todo lo que esto supone.
b) Investigar y analizar más a fondo estas y otras razones de la baja autoestima, haciendo uso del pensamiento que se fundamenta en las explicaciones complejas y multicausales y no en los cuatro tópicos que buscan la fácil -o imposible, según como se mire- cuadratura del círculo.
c) Transgredir y cambiar en la práctica todo aquello que impide a los maestros tener más autonomía, autoridad y poder. Las dificultades son grandes, pero las posibilidades son inmensas.

martes, 9 de junio de 2009

Del fin de curso y la docena de huevos

No se bien cómo serán los finales de curso en otros lugares. Por aquí, por donde el que escribe, desarrolla sus tareas, trabaja, la cosa anda un poco...digamos, sin acritud, enredada.

Becas.  Donde, curiosamente, en demasiadas ocasiones hay que ir a por los alumnos/as casi con lazo, para que no se queden sin rellenar la "difícil" solicitud que le permitirá disponer, si la resolución lo estima acertado de esas mochilas repletas de pesados, pero gratuitos libros.

3102331419_093b94209a_mSolicitudes varias, matrículas, memorias, inventarios, papeles de la más diversa índole que cuando el calor aprieta, y por aquí lo hace, se nos hacen "pesados pergaminos" con dudosa funcionalidad ulterior.

Además, para llenar esta copa del desasosiego, propio de la época y antes del disfrute de las merecidas vacaciones, nos someten-fríen a encuestas de todo tipo para, espero, testar, éste,  nuestro sistema educativo.

Conste en acta, que también hay por estos días que cerrarlas, que no me quejo de nada, que no caeré en las zarpas de los que fácilmente serían capaces de afirmar que los profesores tienen muchas vacaciones y trabajan poco. Falsos y dañinos tópicos, que acompañan en ocasiones y por épocas a los trabajos o tareas de las personas.
(Que malo el portero de fútbol, que no paró un penalti, e hizo perder a su equipo).

En fin, que por evaluar el fin de curso, echo de menos, desde las familias, desde el alumnado, desde el profesorado, y desde las administraciones educativas, esa, digamos, pregunta, en tono positivo, ¿fue todo bien?, ¿aprendieron mucho los chicos/as?. Echo de menos reflexiones sobre como motivar más a un alumno/a que está desmotivado/a, o incluso, sobre como conseguir que un profesor/a no se desmotive ante, a veces, tanta desmotivación.

Y, por cierto, me acuerdo de un conocido, que cada vez que iba al médico, le llevaba una docena de huevos, y éste al tiempo agradecido que sorprendido, le decía que no era necesario, que él estaba realizando su trabajo. No sirvan estas reflexiones para llenar las casas, de los profesores,  de huevos, pasteles u otras prebendas, pero...¿que tal estaría aquello de decir...Gracias?.

Buen fin de curso a todos.

viernes, 24 de abril de 2009

Una de padres...

Leo la noticia : Casi la mitad de los padres considera que la exigencia escolar en España es muy baja.

Cierta sorpresa me provoca:
  • Según un estudio, las familias están contentas con los colegios, pero dudan de la calidad de la enseñanza en España
  • Los padres atribuyen el fracaso escolar al poco esfuerzo de los alumnos.
  • Los padres están bastante satisfechos con su propia implicación en la educación de los hijos, más las mujeres que los hombres.
2313273990_9d458a19d7No soy yo de cargar contra los padres, pero, o este estudio es un poco de "prensa amarilla", o hay una cierta hipocresía en el fondo de la cuestión. Cierto es que los padres "parecen" contentos con los colegios, pero aquello de dudar sobre la calidad de la enseñanza, ¿en que basan esa duda?, ¿qué argumentos usan?, ¿que vara de medir utilizan?. Sobre que atribuyen el fracaso escolar a la falta de esfuerzo de los alumnos, sería bueno mirarse un poco al ombligo y trabajar desde casa, y no solo desde los centros para generar o crear ese esfuerzo.

Donde realmente me irrito un poco, es donde habla de la implicación de los padres y su satisfacción al respecto. Unos por que no saben. Otros por que no quieren. También están los que aunque saben no tienen tiempo. Pero en mi experiencia, yo, y salvo excepciones, echo de menos a los padres en los centros.

viernes, 20 de marzo de 2009

El indolente


Hoy hay examen. O prueba. O un ejercicio "especial". De forma irreversible, irrevocable y aunque lo queramos vestir de festejo, hoy hay examen. Es primera hora  de una mañana fría, y con pulcro maletín entra seguro en la clase que le espera. A los alumnos no les mira a los ojos, no quiere que su conciencia se quiebre y prefiere mantener ese halo de sutil complacencia.

pizarraNerviosismo en los alumnos que estudiaron. Tal vez la tarde antes. Tal vez diariamente. Frenéticos, estos alumnos esperan demostrar al demiurgo que las disciplinas que éste impartió no fueron en vano. Demostrar, sin saberlo, que la raza del profesor puede ser perpetuada. Inmortalizar sus experiencias de cátedra.

También nerviosos los otros. Los que nada estudiaron. Los que en un insigne escondrijo, guardan, en pequeños trozos de manoseados papeles, las Tablas de la Ley del Aula. Alumnos, que venderían su alma a "nosequé" diablo, si éste les permitiese poder colocar frente a sus ojos, y sin peligro de ser cazados, esa pequeña obra de arte enciclopédica que es "la chuleta".

Tranquilos pocos, los alumnos que encontramos en este retrato. Tal vez aquél del fondo, aquél cuya conciencia ya no usa, o nunca usó, o nunca le enseñaron a usar. Y aunque cierto es que cada vez más este tipo de oyentes hay en las aulas, preferimos a los otros. A los dóciles o a los aventureros. Y nos inquieta, o nos aturde, en gran medida, la presencia de estos indolentes.

En breve alguna pregunta, que el profesor sortea hábilmente con objeto de mantener intacta su ecuanimidad. Eso de tener "la sartén por el mango", por donde no quema, es algo que todos intentan, pero solo algunos consiguen. Suena el timbre. Baja la bandera. Y el el pulcro maletín, los folios, con más o menos ilusiones adheridas, viajan hasta el lugar del Juicio.

Lo otro, eran solo preliminares. Ahora, en la soledad del guerrero, se va aclarando cada hecho. Colocando alguna tilde. Corrigiendo alguna suma. Y así, tras una deliberación marcada por los patrones de no se qué currículos, en tinta de sangre. La nota. Estampada junto al nombre, per secula seculorum.

Luego vendrán correcciones. Palmadas en la espalda. Incluso reñiduras sobre los deberes o las obligaciones. Vendrán más profesores, y psicólogos. Incluso políticos acudirán a veces. Y explicarán, eso si, siempre de forma estadística, con desviaciones típicas y modas, las razones últimas de los éxitos o los fracasos.

Pero aún allí, al final de aquella clase. Todavía inmóvil está aquél alumno, el que no usaba su conciencia. El indolente. El que, poco a poco muere, y que por la noche, cuando el profesor duerme, es el único que aparece en sus sueños.

domingo, 1 de marzo de 2009

El nuevo

Hacía seis meses que concluyó sus estudios universitarios. Su padre y su madre habían sido maestros, y nunca dudaron de la vocación del "chico", que así llamaban por ser hermano menor de tres hermanas, y también, por qué no decirlo, por su no elevada altura sobre el nivel del aula: uno coma cincuenta y siete. Nunca pensó que fuese a trabajar tan rápido, una sustitución en un pueblo, cerca de la capital. La titular de la plaza está enferma. Nadie le ha dicho cual es la enfermedad y al "chico", en verdad, le importa poco, su gran ilusión era comenzar a, como dicen esos carteles de las farolas, IMPARTIR clases.

Me llamo, Jaime, pero me dicen "chico". Así comenzó su primera clase. Al principio sorprendidos, y más tarde perdidos, los alumnos asistieron absortos a toda una serie de esquemas, fórmulas, y explicaciones que el profesor les contaba, tal vez con algo de vehemencia, tal vez con algo de vanidad. Pasaron cincuenta minutos y ninguna pregunta, seguro que lo han comprendido todo. Hasta el lunes. Era viernes.

nuevoEl primer incidente ocurrió a los tres minutos de iniciar la clase del lunes. Una chica mascaba chicle mientras escribía cartas de amor con tintas imposibles. No supo como atajar la discusión, pero al cabo de siete minutos, la enamorada chica estaba expulsada de clase y "chico", explicaba al resto de acostumbrados oyentes, lo que no se debe, o no se puede hacer. Mañana un examen, declaró el profesor muy enojado intentando reforzar su autoridad.

De los veinte alumnos que tenía, una docena y media de folios en blancos, y los otros cuatro, con intentos infames de no caer en la blancura impoluta de la celulosa, habían escrito palabras que difícilmente se convertían en frases, y que nunca llegarían a ser párrafos legibles.

Después vinieron las burlas, los encuentros, los desencuentros, las justificaciones, los reproches, las culpas, alguna auto-crítica en silencio, y más días. En el séptimo preguntó por la enfermedad de la maestra. El octavo alguien, en la sala de profesores hablaba de vocación. Al cabo de un mes, discutía con unos amigos sobre las vacaciones de los profesores que ya no le parecían pocas.

Deje de saber de él al final de curso. Espero que le vaya bien.
Imagen: http://www.flickr.com/photos/75567359@N00/2313632431