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jueves, 29 de mayo de 2014

Formación docente, metodologías y MOOCs...y valor

"Todo cambió mucho en poco tiempo".

Muchas son los cambios a los que uno se "enfrenta" en la vida. En la docencia, como no podía ser de otra manera. los cambios son vertiginosos. Nuestros alumnos son cada día más críticos con la metodología tradicional de la clase magistral (o semi-magistral), y solo los alumnos excelentes sacan buen partido de ella -al igual, creo yo,  que lo sacarían de cualquier otra- y de sus excelencias. Pero los más remolones, a los que les cuesta un poco, o a los que les cuesta mucho, se debaten entre dispositivos tecnológicos y libros de texto. Navegan y naufragan entre la jerga de la  mensajería instantánea, los análisis morfológicos y las reglas de ortografía.

http://www.flickr.com/photos/74122471@N00/4577477458
No es objeto de esta entrada denigrar o demonizar la clase de tarima, la de los apuntes dictados, la que el que escribe tuvo y salio ileso. Tampoco las críticas de los alumnos a este método son voraces o sacrílegas. No es una rebelión lo que en estas clases sucede. Lo que si es cierto que en los días en los que vivimos  motivar a los alumnos a aprendizajes basados en la memoria,o en el "mañana pregunto el tema cinco", es cada día más difícil. La cultura del esfuerzo (sino fue de la necesidad) se marchó hace tiempo de nuestras aulas y no muchas son las herramientas de las que dispone el docente para "ganarse" a sus alumnos y llevarlos por los senderos del aprender, usando únicamente metodologías tradicionales.

http://www.flickr.com/photos/47574448@N00/312918380
¿Qué hacer entonces?. Dejarse llevar por nuestra experiencia aprendida y pensar que lo que a nosotros nos servía, debería ser útil para ellos. O, tal vez, abrir nuevas puertas a otros métodos, ir probando lentamente, con tranquilidad  y sin desanimo para mejorar la motivación de los alumnos en los tiempos en que pocas cosas ya les motivan. Las TIC y el Aprendizaje Basado en Proyectos pueden ser dos potentes herramientas de cambio.

Estos días he estado simultaneando un Mooc sobre Aprendizaje Basado en Proyectos y un curso, -clásico ya-, en Moodle sobre el mismo tema. Ambos organizados por el INTEF.  No es obsesión, ha sido casualidad  que me ha permitido ver dos formas de enfocar un mismo tema (con la complicidad de las TIC).

El curso en Moodle sobre Aprendizaje basado en Proyectos ha sido muy interesante y ha estado muy bien tutorizado. El MOOC sobre el mismo tema ha sido más fresco, dinámico, más social, más libre, menos encorsetado. Certificaciones oficiales frente a "badges". "Todo cambio mucho en poco tiempo".

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Traslado mi experiencia a otros docentes y les animo a formarse -como quieran, por supuesto-  en otras Metodologías para sus aulas. Claro que estamos un poco "jodidos". Obviamente las cambiantes leyes y los nativos digitales que tenemos en nuestras aulas nos ponen a prueba en cada instante. Claro que nos sentimos a veces muy solos frente a la heterogeneidad y la desmotivación de nuestros alumnos. Claro que no tenemos una administración cercana y constructiva, más bien los contrario. Claro que algunas familias no son precisamente nuestros cómplices -como debieran serlo-  y si nuestros enemigos en la Educación de sus hijos. Todo esto y algunas cuestiones más son algunas de las "heridas" que tenemos. Pero...

"Todo cambio mucho en poco tiempo". ¿Cambiaste tú?.


jueves, 31 de enero de 2013

Indefensión Aprendida

Vaya entrada para reactivar los fuegos de esta Fragua. El título del mismo se refiere a:
La indefensión aprendida es un tecnicismo que se refiere a la condición de un ser humano o animal que ha aprendido a comportarse pasivamente, sin poder hacer nada y que no responde a pesar de que existen oportunidades para ayudarse a sí mismo, evitando las circunstancias desagradables o mediante la obtención de recompensas positivas....(Fuente Wikipedia)
Recomiendo, antes de ver el vídeo que dejo al final de la entrada, un pequeño examen de conciencia que nos traslade a las ocasiones en las que en el aula hemos puesto una misma tarea para todos los alumnos (pese a la gran diversidad del aula) y percibimos, e incluso aceptamos (en silencio) que a tal o cual chico o chica no le vino bien ese tipo de tarea. No era la adecuada para él/ella y por no disponer de tiempo, voluntades o habilidades no pudimos adaptarla a su nivel (o su percepción) y pese a que a la hora de evaluar dicha tarea ajustamos nuestra nota, no pudo ser y la cuestión final del juicio de la evaluación dio negativo.

Si algo nos caracteriza a los seres humanos, y nos diferencia de los reptiles, es la capacidad de empatizar, la disposición de ayuda o apoyo que tenemos hacia los más débiles, hacia situaciones que no ponen en peligro nuestro yo animal y que permiten que aparezca lo que realmente nos diferencia de todos los "bichos",  la posibilidad de no dejar en la estacada a alguien por ser diferente o por venir de un lugar diferente. Atender a la diversidad en cualquiera de sus variedades en la escuela es necesario y obligatorio, y no hacerlo siendo conscientes de ello, a mi juicio, deja entrever que pervive, y mucho,  aun nuestro cerebro de lagarto.

Que nada, solo eso, que en estos días de crisis económica y social, tengamos en cuenta cuestiones como esta a la que hace referencia el vídeo sacando cada uno conclusiones que considere.

miércoles, 11 de abril de 2012

Cuando eramos pequeños...

Cuando eramos pequeños. Cuando atravesábamos con dudas y sinsabores la azarosa adolescencia.

Cuando estábamos estudiando en clases con más alumnos que ahora. Cuando conocías a algún alumno que repitió 4 veces 1º de BUP (3º ESO al cambio). Cuando no había actividades extraescolares y la mili te hacía un hombre (lo siento por vosotras, las de aquellos tiempos). Cuando había palmetas y clases de clases, el A, el B y allí, al fondo del pasillo, los "mataos" del C. Cuando los mejores profes les impartían clases a los mejores alumnos. Cuando no había ACNEEs, o al menos no los veíamos. Cuando había escaleras y las sillas de ruedas no iban al cole. Cuando no existía la dislexia, ni los niños hiperactivos. Cuando las ostias, y no todas consagradas. Cuando los muy deficientes.

Uno mira atrás con desazón, y recuerda los nombres de muchos compañeros que no continuaron sus estudios -no todos valen para estudiar decían sus padres o sus profesores-, y recuerda también a los empollones/as, a los pelotas, a las atrevidas, a los golfillos. Recuerda uno la complejidad de esta edad donde se cristaliza la personalidad de los que luego serán adultos. Recuerda amigos que jugaron con la droga, y cayeron. Recuerda amigos que se iniciaron a ciegas en el sexo, y se dieron de bruces. Recuerdo poco inglés y algún Spectrum negro con el que jugábamos al ajedrez.

Pues nada, espero que esos sucesos queden en los recuerdos.

Ratios razonables. Orientación Académica. Actividades fuera del aula. Diálogo y comprensión, y empatía. Heterogeneidad como algo positivo. Docentes de Primera para todos. Idiomas. Nuevas Tecnologías para nuevos tiempos. Desdobles y apoyos para los que más lo necesitan. Accesos y centros adaptados. Atención a la diversidad.

Mala cosa cuando se le pone precio a estas cuestiones y se "hipoteca" la Educación con mayúsculas. Mala cosa cuando pensamos que son estás las cuestiones que van a llenar de verde el panel de las Bolsas o a "tranquilizar" (curioso término) a los de la prima de riesgo.

Que lo dicho, espero que esos recuerdos sigan en el lugar que les corresponde.

jueves, 8 de marzo de 2012

Habilidades y Empatía

Abandono la fluidez y rapidez de las Redes Sociales  para pasar por aquí y dejar algunos pensamientos que en estos días de crisis (y no me refiero a la económica) me hacen poner en valor lo importante de la Educación.

Si antes, cuando las vacas eran "rellenitas", no había demasiado tiempo para los hijos/as pues Papá y Mamá andaban laboreando para poder mantener y/o adquirir un estatus social pleno, ¿qué se les viene encima ahora a los hijos, sometidos a la frustración de sus familiares por no encontrar un empleo y renunciar abiertamente a ese idílico estatus social?. ¿Se convertirán de nuevo los abuelos en superheroes familiares y saldrán en ayuda de este descalabro?.

Si la escuela, ese lugar donde la Sociedad espera se eduquen y aprendan los ciudadanos del mañana, pierde combustible, ¿volveremos a tiempos pasados donde los niños/as se clasificaban hasta con MUY DEFICIENTE, sin entrar a juzgar ni siquiera la razón de tamaño fracaso?, ¿podremos atender a las dificultades y problemas de aprendizaje de los alumnos y alumnas de nuestros días?.

Es curioso como se habla en estos días de paro y bolsa, de imaginación, flexibilidad, adecuación, reformas, recortes...y se olvida tal vez, no lo sé, hablar de INVERSIÓN. Invertir en Educación para tener mejor futuro, solo eso. Tendremos mejores médicos, profesores, jueces y casi me atrevería a afirmar, mejores políticos. Son tiempos de invertir en atención a la diversidad, en recursos para nuestro futuro, ese es nuestro verdadero PLAN DE INVERSIONES o de JUBILACIÓN. Ahora es el momento, cuando galopa sobre nosotros una crisis de valores que espero no debilite a los ya asentados y haya que volver, y valga la redundancia, a ponerlos en valor.  Tiempos de INVERSIÓN en Educación, no tiempo de reproches e ideologías.

Pues nada que me vuelvo a donde vine. 

sábado, 27 de marzo de 2010

Evaluar y ser evaluado

Llevo unos días intentando escribir algo de las Evaluaciones, o de las Sesiones de Evaluación, o de la forma en que se enfoca este tema con el paso del tiempo. Es difícil entrar directamente al meollo de la cuestión y no herir sensibilidades, o pecar de Demagogia. Se me hace complicado mantener cierta objetividad a la hora de pronunciarme sobre lo importante que este tema es y lo poco que se revisa en nuestra experiencia diaria.

Es por todo lo anterior, por lo cual solo me atreveré a lanzar al viento, o al "mundo matrix de los bites" unas cuantas de cuestiones en voz alta:
  • ¿Evaluamos o Calificamos?.
  • ¿Miramos a nuestras programaciones a la hora de evaluar o sólo sumamos notas de exámenes?.
  • ¿Evaluamos en Competencias?.
  • ¿Aprobamos más, para tener menos problemas y menos burocracia a posteriori?
  • ¿Aprobamos menos, para mantener esa cuerda tensa, pese a que si se rompe siempre lo hace por el lugar más débil?.
  • ¿Evaluamos las TIC?.
  • ¿Nos hemos olvidado ya de los conceptos y solo nos dedicamos a los procedimientos y actitudes, vestidos ahora en forma de Competencias?
Difícil e importante tarea la de Evaluar, y cómo no, la de ser al mismo tiempo, Evaluado.

sábado, 20 de junio de 2009

Tiempos modernos

Leo en el Adarve una interesante reflexión sobre el "valor" de la escuela. "No sirve para nada", afirma en tono irónico y buscando remover las conciencias (para quién las tenga, claro está).

Hace unos años, cuando no existía la obligatoriedad de mantener a los adolescentes hasta los 16 años dentro de los recintos escolares, las calles, y algunas "dignas" empresas se encargaban de la formación última, de esa fase propedeútica para la vida. A base de golpes se aprende, señalaban entonces, y aún algunos señalan hoy, entrando en contradicción (o tal vez no tanto) con aquello de "la letra con sangre entra".

Los tiempos han cambiado, pasaron unos años, y curiosamente, aun prevalecen muchos de los paradigmas de la educación, digamos "tradicional", y los nuevos métodos no acaban de resolver la desmotivación y el tan traído y llevado "fracaso escolar". Muchos padres, prefieren las escuelas concertadas, otros la creación de grupos homogéneos que libren a sus hijos del mal compañero/a, y algunos, pese a no hablar mucho con sus hijos/as o sus profesores, se dedican a repartir culpas.

Y digo yo, no será que nos han engañado un poco.
3551647478_3d3c62a5a8Subirse al carro de esta sociedad moderna consumista y exigente para con padres y madres trabajadoras, esa que pone en los abuelos la tabla de salvación de todo, esa sociedad que exprime para tener ese móvil de última generación, esa televisión de plasma, o esas excursiones de fin de semana a los grandes centros comerciales; la de los niños/as que todo piden y todo consiguen. Subir a la grupa de este tiempo de "otras necesidades", y cabalgar por sus sinsabores, tiene una cuota, creo, que demasiado alta, que nuestros alumnos/as están pagando, a veces incluso de forma muy cara.

Es dificil adaptar la escuela a estos tiempos, y en eso estamos.
La foto es de: http://www.flickr.com/photos/freeparking/3551647478/in/set-72157603093587995/

domingo, 1 de marzo de 2009

El nuevo

Hacía seis meses que concluyó sus estudios universitarios. Su padre y su madre habían sido maestros, y nunca dudaron de la vocación del "chico", que así llamaban por ser hermano menor de tres hermanas, y también, por qué no decirlo, por su no elevada altura sobre el nivel del aula: uno coma cincuenta y siete. Nunca pensó que fuese a trabajar tan rápido, una sustitución en un pueblo, cerca de la capital. La titular de la plaza está enferma. Nadie le ha dicho cual es la enfermedad y al "chico", en verdad, le importa poco, su gran ilusión era comenzar a, como dicen esos carteles de las farolas, IMPARTIR clases.

Me llamo, Jaime, pero me dicen "chico". Así comenzó su primera clase. Al principio sorprendidos, y más tarde perdidos, los alumnos asistieron absortos a toda una serie de esquemas, fórmulas, y explicaciones que el profesor les contaba, tal vez con algo de vehemencia, tal vez con algo de vanidad. Pasaron cincuenta minutos y ninguna pregunta, seguro que lo han comprendido todo. Hasta el lunes. Era viernes.

nuevoEl primer incidente ocurrió a los tres minutos de iniciar la clase del lunes. Una chica mascaba chicle mientras escribía cartas de amor con tintas imposibles. No supo como atajar la discusión, pero al cabo de siete minutos, la enamorada chica estaba expulsada de clase y "chico", explicaba al resto de acostumbrados oyentes, lo que no se debe, o no se puede hacer. Mañana un examen, declaró el profesor muy enojado intentando reforzar su autoridad.

De los veinte alumnos que tenía, una docena y media de folios en blancos, y los otros cuatro, con intentos infames de no caer en la blancura impoluta de la celulosa, habían escrito palabras que difícilmente se convertían en frases, y que nunca llegarían a ser párrafos legibles.

Después vinieron las burlas, los encuentros, los desencuentros, las justificaciones, los reproches, las culpas, alguna auto-crítica en silencio, y más días. En el séptimo preguntó por la enfermedad de la maestra. El octavo alguien, en la sala de profesores hablaba de vocación. Al cabo de un mes, discutía con unos amigos sobre las vacaciones de los profesores que ya no le parecían pocas.

Deje de saber de él al final de curso. Espero que le vaya bien.
Imagen: http://www.flickr.com/photos/75567359@N00/2313632431

lunes, 22 de septiembre de 2008

"Últimamente ando algo perdido..."

Como dice una canción de Ismael Serrano, "últimamente ando algo perdido...".
Muchos, tristemente muchos padres, llegan a los centros educativos y tras alguna charla, señalan:
-Dígame usted que hago yo con él/ella.
Esta es una frase, más o menos acertada, que muchos de los padres/madres de los alumnos nos acaban lanzando. A veces como arma arrojadiza, otras, las más en los casos que yo percibo, como grito de socorro al notar que el barco, en el que va su hijo/a, se hunde en las procelosas aguas del Fracaso Escolar.

Estos días mi sorpresa se incrementa cuando, después de una lucha ya conseguida (la escolarización obligatoria hasta los 16 años), me dispongo a escuchar a padres y madres con un argumento del carajo (con perdón). "Mi hijo el año pasado no hizo nada, para que le voy a comprar este año los libros". Me sorprendo, pero aun, en ocasiones, queda una lastimera segunda parte, "si ustedes, desde el centro, le pudieran dar algunos libros de esos que les sobran, o les dan las editoriales".

Difíciles los tiempos que se avecinan para estos crios, para sus profesores, y como no, también para sus padres. Sin material escolar, acabará habiendo problemas de disciplina. Es la lógica sucesión de acontecimientos. El niño no trabaja, se aburre, molesta. Todo el mecanismo de castigos/charlas, jefaturas de estudio, etc...se pone en marcha, y pocas son las veces que estos "ungüentos" curan la herida de la desmotivación y el desencuentro.

Lo fácil es echar culpas. Resolver el problema de desmotivación del alumnado hacia los aprendizajes y el esfuerzo personal es tarea de todos. Desde el profesor que insiste en "impartir" conocimientos como en el siglo XVIII, hasta el padre que felicita a su hijo que "solo" le quedaron tres materias pendientes, regalándole el último modelo de "superconsolas", de estas de los jueguecitos.

Pues eso, que de nuevo me sorprendo, y a veces, solo en algunas ocasiones, me atrapa la sensación de que el tiempo no ha pasado y poco cambiaron las cosas.

martes, 8 de abril de 2008

El discreto encanto de la culpa

Desde la más tierna infancia somos sabedores de lo que significa "La Culpa", y en muy corto espacio de tiempo vamos perfeccionando el arte vincular "los hechos culpables" a personas o situaciones ajenas. Vamos poco a poco repartiendo culpabilidades de modo que nuestra responsabilidad quede lo menos herida posible, que nuestra integridad se mantenga a flote.

Tal vez sea necesaria una Reflexión (con erre mayúscula), por parte de todos, en lo que a la Educación se refiere. Un examen global de conciencia y un reparto de nuevo de las cartas de la responsabilidad. Un ejercicio de madurez en definitiva. Tal vez sea este el principio de la resolución de un problema, que camina nuestro lado, del que todos somos conscientes y que día tras día insistimos en intentar resolverlo pero, eso sí, cargando la culpa a otros.

¿Somos nosotros, el gran ser humano, el ínclito "homo sapiens", culpables alguna vez?. ¿Realizamos actos a sabiendas de sus nefastas consecuencias, siempre que éstas nos beneficien?. ¿Somos capaces de asumir la culpa como propia o siempre es ajena?.

La "maldita" gravedad (o tal vez Isaac Newton) es la culpable de todas las caídas, y en su "debe" anotaremos toda una gran variedad de platos rotos o muñecos de porcelana sin cabeza. Virus y Plagas, Calor o Frío, Tempestades y Huracanes, Capitalismo o Comunismo; siempre encontramos culpables, y cuando es difícil hallarlos enmarcamos la culpabilidad en los designios del Destino o en las bondades o maldades de los Dioses. 
En nuestro campo, en la Escuela, se habla de "fracaso escolar" y se buscan culpables. "Los adolescentes no leen y cuando lo hacen no lo realizan correctamente, no saben calcular porcentajes y mucho menos que ocurrió el 18 de abril de 1936". Todos culpan a todos, la Administración Educativa, Las Asociaciones de Padres, los Profesores, la Sociedad y los Alumnos. Todos juegan en este juego, y todos rechazan la culpa propia.