miércoles, 11 de abril de 2012

Cuando eramos pequeños...

Cuando eramos pequeños. Cuando atravesábamos con dudas y sinsabores la azarosa adolescencia.

Cuando estábamos estudiando en clases con más alumnos que ahora. Cuando conocías a algún alumno que repitió 4 veces 1º de BUP (3º ESO al cambio). Cuando no había actividades extraescolares y la mili te hacía un hombre (lo siento por vosotras, las de aquellos tiempos). Cuando había palmetas y clases de clases, el A, el B y allí, al fondo del pasillo, los "mataos" del C. Cuando los mejores profes les impartían clases a los mejores alumnos. Cuando no había ACNEEs, o al menos no los veíamos. Cuando había escaleras y las sillas de ruedas no iban al cole. Cuando no existía la dislexia, ni los niños hiperactivos. Cuando las ostias, y no todas consagradas. Cuando los muy deficientes.

Uno mira atrás con desazón, y recuerda los nombres de muchos compañeros que no continuaron sus estudios -no todos valen para estudiar decían sus padres o sus profesores-, y recuerda también a los empollones/as, a los pelotas, a las atrevidas, a los golfillos. Recuerda uno la complejidad de esta edad donde se cristaliza la personalidad de los que luego serán adultos. Recuerda amigos que jugaron con la droga, y cayeron. Recuerda amigos que se iniciaron a ciegas en el sexo, y se dieron de bruces. Recuerdo poco inglés y algún Spectrum negro con el que jugábamos al ajedrez.

Pues nada, espero que esos sucesos queden en los recuerdos.

Ratios razonables. Orientación Académica. Actividades fuera del aula. Diálogo y comprensión, y empatía. Heterogeneidad como algo positivo. Docentes de Primera para todos. Idiomas. Nuevas Tecnologías para nuevos tiempos. Desdobles y apoyos para los que más lo necesitan. Accesos y centros adaptados. Atención a la diversidad.

Mala cosa cuando se le pone precio a estas cuestiones y se "hipoteca" la Educación con mayúsculas. Mala cosa cuando pensamos que son estás las cuestiones que van a llenar de verde el panel de las Bolsas o a "tranquilizar" (curioso término) a los de la prima de riesgo.

Que lo dicho, espero que esos recuerdos sigan en el lugar que les corresponde.

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