sábado, 20 de junio de 2009

Tiempos modernos

Leo en el Adarve una interesante reflexión sobre el "valor" de la escuela. "No sirve para nada", afirma en tono irónico y buscando remover las conciencias (para quién las tenga, claro está).

Hace unos años, cuando no existía la obligatoriedad de mantener a los adolescentes hasta los 16 años dentro de los recintos escolares, las calles, y algunas "dignas" empresas se encargaban de la formación última, de esa fase propedeútica para la vida. A base de golpes se aprende, señalaban entonces, y aún algunos señalan hoy, entrando en contradicción (o tal vez no tanto) con aquello de "la letra con sangre entra".

Los tiempos han cambiado, pasaron unos años, y curiosamente, aun prevalecen muchos de los paradigmas de la educación, digamos "tradicional", y los nuevos métodos no acaban de resolver la desmotivación y el tan traído y llevado "fracaso escolar". Muchos padres, prefieren las escuelas concertadas, otros la creación de grupos homogéneos que libren a sus hijos del mal compañero/a, y algunos, pese a no hablar mucho con sus hijos/as o sus profesores, se dedican a repartir culpas.

Y digo yo, no será que nos han engañado un poco.
3551647478_3d3c62a5a8Subirse al carro de esta sociedad moderna consumista y exigente para con padres y madres trabajadoras, esa que pone en los abuelos la tabla de salvación de todo, esa sociedad que exprime para tener ese móvil de última generación, esa televisión de plasma, o esas excursiones de fin de semana a los grandes centros comerciales; la de los niños/as que todo piden y todo consiguen. Subir a la grupa de este tiempo de "otras necesidades", y cabalgar por sus sinsabores, tiene una cuota, creo, que demasiado alta, que nuestros alumnos/as están pagando, a veces incluso de forma muy cara.

Es dificil adaptar la escuela a estos tiempos, y en eso estamos.
La foto es de: http://www.flickr.com/photos/freeparking/3551647478/in/set-72157603093587995/

2 comentarios:

  1. Estos días de balance final son propicios para este tipo de reflexiones. Anoche pensaba en la posibilidad de que las AMPA se conviertan en breve en AAAA (asociaciones de abuelos y abuelas de alumnos). Todo un signo de los tiempos.
    Un saludo.

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  2. ¿Nos han engañado o nos hemos dejado engañar y seguimos dejándonos engañar? No sé, lo que sí parece claro es que el fracaso escolar no es más que una de las manifestaciones del fracaso social, de que hemos construido una sociedad que inevitablemente nos lleva al fracaso. Si empezamos a darnos cuenta de ello, ¿a qué esperamos para empezar a cambiar? Y cambiar no es poner parches pseudoprogresistas sino poner patas arriba el mundo entero si no... poca solución hay.

    Un saludo, Montse

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