
Alguna vez ambos, los sueños propios y los ajenos, se entremezclan, se funden. Y con cierta sorpresa nos encontramos con dos tipos de interferencias, las positivas, que generalmente desembocan en la cordura (y a veces en el éxito); y las otras, las negativas, que son el puerto donde amarra la locura o la desesperación.
Algún lector dirá que no es tan simple la cuestión en lo que a locos y cuerdos se refiere, y tal vez tengan razón, o tal vez no, pues ya lo decía H.Heine, "La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca".
Ya lo decía J.L. Borges
Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?
Es curioso como los temas se funden en nuestros blogs y se establecen coincidencias.
ResponderEliminarPrecisamente, estoy analizando Amor y pedagogía de Unamuno con mis bachilleres. El tema de los proyecto o sueños que los demás planean sobre nuestras vidas es central en la novela, como lo es en nuestra vidas.