viernes, 24 de octubre de 2008

Los castigados

Hace días que quería hablar de ellos. Son esos chicos, o chicas, que de forma más o menos asidua son "castigados" en nuestras aulas. Esos que todo van perdiendo. O todo lo perdieron. Entregados y con más o menos orgullo, con más o menos humildad, escuchan cabizbajos o altaneros las razones que los profesores aducen para justificar lo que luego será el castigo, la expulsión, el infierno tal vez.
Luego vendrán las llamadas telefónicas. Las visitas de los padres, preocupados los más, contrariados y críticos los menos. Las palmadas en la espalda. Las promesas no cumplidas. Las ganas de mejorar. Las frustaciones.

No se cuantos, aunque creo que bastantes, de los que lean esto habrán visto "esta película". Algunos tal vez discrepen de estas frases. Otros dirán que sí, que es cierto y buscarán culpables. Otros, espero que los más, estarán preocupados por este problema que esta presente en nuestras aulas e intentarán desde la parcela en la que operan mejorar la convivencia de los centros.

Va por ellos.

5 comentarios:

  1. Hay que acabar con la idea de que nuestros alumnos son esos individuos-esponja de otros tiempos y asumir los retos de una sociedad completamente nueva, con nuevos desafíos que requiere un profesorado más responsable y menos nostálgico. No podemos ser los padres de todos nuestros alumnos, pero habría que pensar que a algunos de nosotros nos ven más que a sus padres y que podemos hacer algo por ellos. Eso, al menos, me consuela a mí.

    ResponderEliminar
  2. A mí me alarma la cantidad que va en aumento en las escuelas de mis país.
    Si no se tratan de casos de delincuencia probada y frecuente (Que los he tenido y donde no me he sentido con la idoneidad de hacer algo al respecto) creo que tenemos al alcance muchos recursos para sostenerlos y hacer que reviertan conductas e intereses.
    Hoy, la escuela es el último refugio que les queda a una gran población de estudiantes que no encuentran en su sociedad ni en su hogar, "su" lugar en el mundo.
    No son desechos. Son seres humanos que no poseen suficientes fuerza para resistir.
    Ayudarlos, no como un "plan de salvataje de acción social" sino con la responsabilidad de ciudadano que nos compete, es parte de la responsabilidad de la escuela del Siglo XXI.
    No es fácil. Pero se puede.

    ResponderEliminar
  3. Haberlos, haylos. Y no son pocos. En muchos centros, tienen hasta un aula específica. El aula de los castigados, la llamamos en mi centro. Quienes la visitan son siempre los mismos. En ella, a algunas horas, se crea un ambiente distendido de conversación entre "ellos" y los profesores de guardia.
    -Profe, no quiero ir a clase. ¿Me puedo quedar contigo?
    El aula no les ofrece lo que buscan: compañía, comprensión, calidez en las palabras...

    ResponderEliminar
  4. Está muy bien interpretar el mundo educativo al estilo de "Semilla de maldad" y "Rebelión en las aulas". También está muy bien descargar la responsabilidad de los políticos sobre las espaldas del profesorado, cuando son aquellos quienes hicieron un sistema educativo sin contar con quienes se entregan a su labor en el aula.
    Siento discrepar con quienes quieren que los profesores asumamos una culpa que no tenemos. El fracaso escolar proviene de un fracaso aún más profundo y que nos negamos a ver: el de todos. Socialmente hemos mandado al carajo un montón de valores y ahora ¿tenemos que recuperarlos en las clases? Me niego a ser policía, juez y verdugo en el aula.

    Por si os interesa echar un vistazo:

    http://es.youtube.com/watch?v=K2GTauJT5Vg

    ResponderEliminar
  5. Como decía la canción...He preferido hablar de cosas imposibles, ya que de lo posible, se sabe demasiado. Saludos a todos

    ResponderEliminar