Volvemos al trabajo con una noticia que parece alegrar a familias y docentes, al menos esa es la sensación que uno percibe en la red y en su entorno. Las pruebas extraordinarias a septiembre. Ahora, las familias tendrán dos posibilidades, pagar clases particulares para sus niños y niñas en el verano, o demandar a la administración algún tipo de Plan de Refuerzo que al tiempo que mejora el fracaso escolar (amen), les "quite" a sus adolescentes unas horas de sus casas cuando el estío hace de las suyas. Sobre los resultados de estas pruebas extraordinarias en junio o en septiembre prefiero no hacer vaticinios, pero...que difícil es conjugarlas con aquello que, ¿aun sigue en vigor?, de la Evaluación Continua. El tiempo y los resultados darán o quitaran razones, pero cierto es que el profesorado tendrá más tiempo en junio para acabar sus vertiginosas programaciones y muy a principios de septiembre deberá estar en los centros enjuiciando las tareas y aprendizajes de los chavales y chavalas tras los tiempos del calor. Espero que esto último, la incertidumbre (los números) sobre los chicos/as que pasan curso o titulan, no enturbie las negociaciones de plantilla que los directores ahora realizan a finales de junio, y ello conlleve a inicios de curso con plantillas incompletas o descompensadas.
Pues nada, que estamos de nuevo aquí, con muchas novedades políticas, económicas y sociales, pero como siempre con alumnos y alumnas que lo que esperan es aprender y ser felices. Eso espero yo también. Salud